- Señorita, por favor, le pido uno de esos sánguches gigantes. - ¿Cuál quiere: el Troglodita Descarado o el Híper-Mega-Grotesco? - A ver. Déjeme pensarlo. - Pensar es siempre bueno. Pero apúrese, caballero. Mire la tremenda fila detrás suyo. - Comprendo. Entonces deme cualquiera. - No, así no se juega. Es una irresponsabilidad de su parte. - ¿Cómo dice? - Lo que oye: no me pida que decida por usted. Hágase responsable de sus actos. Y no vaya por el mundo buscando a quien culpar. - Chuta. Qué profundo. Ni en filosofía me lo enseñaron tan clarito. - Caballero, si no se apura, salga de la fila. Su falta de seguridad me perjudica. - Está bien, está bien. Voy por uno de esos Híper-Mega-Grotescos. - De acuerdo. Por $100 adicionales, ¿quiere aumentar el volumen del producto hasta volverlo un sánguche “Colosal & Apoteósico”? - ¿Y seré cap
Historias corrientes que pueden estar sucediendo en este preciso momento en cualquier lugar del mundo.