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Petar

El diccionario cayó al suelo. El niño se asustó del ruido y su diminuta conciencia se llenó de culpa. Intuyó que ese golpe tenía algo de insolencia. ¡El templo de las palabras había sido profanado! Movido por la necesidad de disculparse con el libro, el pequeño lo levanta con sus manos y lo abraza contra su pecho. Y así como su madre aquieta con ternura sus dolores, él consuela su diccionario asegurándole que todo va a estar bien (“tranquilo, ya pasó”). Para sellar la paz se muestra interesado por conocerlo mejor. Lo abre al azar y posa su dedo índice en una entrada cualquiera. La suerte fue para el verbo petar. Lo lee, lo piensa y se ríe a solas. ¡Ha nacido un extremista del lenguaje! Premunido con su nuevo vocablo ahora deambula por la casa buscando contra quien disparar su munición. “Tata, a ti de veras sí que te petaba la abuela, ¿verdad?”. Y como el viejo lo mira con cara de inquisidor, el pitufo festeja haber cazado su primera presa (“¡y fue tan fácil!”). Abierto su apetito idiomático se solaza a sí mismo y decide ir por otros incautos. “Papá, ¿todavía te peta mamá?”, lo interroga el chico. El padre se hunde en una mezcla de vergüenza y perplejidad, pero el gozoso francotirador lo abandona y va en busca de su madre. “Oye, mamita, ¿desde cuándo comenzó a petarte mi papá?”. La mujer queda sin aire, sin voz ni colores en el rostro. El enano escapa de prisa y al instante irrumpe sin orden judicial en la habitación de su hermana mayor. “¿Seguirías queriendo a tu pololo si él ya no te petara como antes?” La joven se ofende y se levanta para ajusticiar al mocoso grosero que pretende inmiscuirse en su intimidad. A la hora de la once todos lo miran con ojos de fuego. El chiquillo no deja de sonreír. Para romper el silencio comienza a ponerle mantequilla a su marraqueta y exclama al aire, así como distraído: “¿acaso no os peta saber que estamos juntos comenzando este 2024?”

Comentarios

  1. Divertido y genial. Aunque no peta nada.

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  2. Me hiciste ir a la RAE, con lo que me carga esa pagina... Muy chistoso, me reí desde el principio, primero imaginando al pequeño Franz cobijando al diccionario, como él se cobija en sus definiciones. Y luego mientras los leía intentando dar con el concepto de la palabra "petar" por intuición. Pero, al final, como siempre me ha recomendado mi tutor, volvía a tu página favorita, para descubrir que mi intuición era acertada.

    Chistoso!! me dejó contenta...

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